Presentación y bienvenida



Este es un espacio libre y abierto en el que todo el mundo es bienvenido. Cualquiera es libre de entrar, ver y opinar. La única norma es el respeto.
¿La idea? Poner en común aquellos temas, dudas o inquietudes que puedan surgir en el día a día en relación con la Medicina, la traumatología, las implicaciones éticas y la calidad asistencial.
Cada opinión será responsabilidad de quién la emita, y aquellos comentarios que resulten ofensivos, serán eliminados.
Mi bienvenida más cordial.

En especial, me gustaría mucho recibir opiniones de pacientes, usuarios, familiares... Si las opiniones son sólo de los sanitarios, falta una perspectiva muy importante.

martes, 28 de diciembre de 2010

ADAPTARSE A LOS NUEVOS TIEMPOS

Muchas cosas están cambiando en la relación con los pacientes (de hecho, ahora son-somos usuarios). Si a mitad del siglo pasado el Médico era alguien indiscutible e intocable por la sociedad que sólo rendía cuentas ante las comisiones deontológicas, ahora somos uno más.

Nuestra sociedad ha cambiado mucho en poco tiempo. De la dictadura a la democracia y los derechos civiles, y esos cambios, como es natural, también han llegado a nuestro campo. Los pacientes ya no son todos como niños que acatan sin rechistar lo que un doctor decide; cada vez más nos hacen preguntas, piden una segunda opinión, e incluso nos discuten las indicaciones porque han oído por ahí que se están haciendo otras cosas y directamente nos dejan sobre la mesa un tocho de folios bajados de internet.

Hablar hace cincuenta años de rechazo de tratamiento o de consentimiento informado era un sin sentido, pero ahora, los pacientes ya nos son seres desvalidos e ignorantes, sino personas con plenos derechos, entre los que se incluye el derecho a tomar decisiones sobre su salud y su vida, cuando les atañen solo a ellos. Los pacientes tienen la última palabra en estos asuntos, aunque algunos todavía decidan dejarnos la decisión a nosotros y prefieran "no saber". Y a nosotros no nos ha quedado más remedio que adaptarnos a la nueva situación, o al menos, hacer como que nos adaptamos.

Porque esta es mi pregunta: ¿Hemos cambiado realmente?
Mi sensación es que mas que cambiar, nos hemos disfrazado de algo distinto, pero en el fondo seguimos asentados en la misma posición.

El consentimiento informado, ¿es en realidad un proceso de información para que el paciente pueda decidir entre diferentes opciones la que él considere mejor para si mismo? En muchas ocasiones, el consentimiento informado se limita a ser un papel que debe estar firmado para evitar problemas legales.
Eso es todo.

Yen cuanto a la posibilidad de rechazar un tratamiento, en muchas ocasiones se convierte en la vía más rápida para terminar con un papel de alta voluntaria.

En mi opinión, situaciones como esta nos llevan a una pérdida de calidad de la asistencia y a una pérdida de calidad en la relación con los pacientes. Considero que es nuestra obligación como profesionales de la salud terminar el proceso de aceptar esos cambios, no ya por una cuestión exclusivamente legal, sino también, y mucho más importante, por una cuestión de ética profesional.

No digo que sea fácil ni que sea gratis. Lo que ahora se nos pide es que, además de ser buenos como cinetífico-técnicos, aprendamos también a comunicarnos con los pacientes desde un lugar de igualdad, para dejar de ser padres y empezar a ser más como unos consultores o consejeros cualificados. Y digo que no es fácil, porque esto es algo que hay que aprender; y digo que no es gratis, porque la comunicación necesita tiempo, y el tiempo es un bien cada vez más escaso en la relación con los pacientes.

¿VIEJA O JOVEN?

¿VIEJA O JOVEN?
La realidad es la que es. Todo es cuestión de perspectiva.