Presentación y bienvenida



Este es un espacio libre y abierto en el que todo el mundo es bienvenido. Cualquiera es libre de entrar, ver y opinar. La única norma es el respeto.
¿La idea? Poner en común aquellos temas, dudas o inquietudes que puedan surgir en el día a día en relación con la Medicina, la traumatología, las implicaciones éticas y la calidad asistencial.
Cada opinión será responsabilidad de quién la emita, y aquellos comentarios que resulten ofensivos, serán eliminados.
Mi bienvenida más cordial.

En especial, me gustaría mucho recibir opiniones de pacientes, usuarios, familiares... Si las opiniones son sólo de los sanitarios, falta una perspectiva muy importante.

viernes, 7 de enero de 2011

SER O PARECER, ESA ES LA CUESTIÓN.


  La mujer del César no sólo debía ser honrada, sino además, parecer honrada. La misma idea, pero justo al revés, se puede aplicar a la sanidad. Os propongo un ejercicio:; 1º) en lugar de “la mujer del César” se escribe “La sanidad”; 2º) donde dice “honrada”, se van colocando diferentes atributos; 3º) se da la vuelta a la frase.
  Un ejemplo: La sanidad no solo debe parecer (segura, eficiente, humana, transparente), sino además, debe serlo.
  Mi impresión es que desde hace mucho tiempo (quizás antes de que yo empezara a trabajar en esto de la medicina), hay una gran carga de hipocresía institucional, y se invierte más energía en parecer que en ser.  Cada vez hay más comisiones que se pierden entre burocracia y faltas de asistencia, cuya función es más de adorno que de utilidad real, y cuyos miembros están más motivados por lo que significa en su curriculum ser miembros de una comisión que por el tema concreto que se trata en ella.
  El criterio de calidad es que cada centro cuente con una comisión de seguridad, o de mortalidad, o de ética, o de infecciones. Lo de que las comisiones funcionen más o menos, sirvan de mucho en algunos centros y de nada en otros, se ha convertido en un detalle sin importancia.
  De las decenas de protocolos, guías y vías clínicas que se han diseñado desde la administración, con un respetable consumo de recursos, ¿cuántos se aplican realmente? En muchos centros, los protocolos están guardados en un cajón, para poder sacarlos y mostrarlos cuando llega la visita de acreditación. Más o menos igual que las comisiones, porque ahora resulta que lo que importa es que la comisión exista, no que se utilice.
  Es algo tan absurdo como si yo decido ver la calidad de la limpieza en mi casa y hago una visita de inspección en la que compruebo que hay lavadora y lavavajillas, pero no me preocupa enterarme siquiera de si están enchufados a la red eléctrica o si alguien sabe utilizarlos.
  Para terminar, todo esto termina tapándose detrás de un velo de silencio y opacidad que, sin serlo, se disfraza también de transparencia. El Sistema debe protegerse de las indiscretas miradas de los ciudadanos, no vaya a ser que algún ciudadano o ciudadana descubran alguna vergüenza. El Sistema, ese mismo sistema que se supone que una sociedad democrática eligió tener para estar más protegida, se ha convertido en el Sistema que debe protegerse de la sociedad. Menuda paradoja.
  Aunque a lo mejor no es el Sistema el que debe ser protegido. A lo mejor algunos de los que se protegen tras el sistema son un reducto de necios e incompetentes que solo gestionan en provecho de su provecho personal; a lo mejor esos pocos son capaces de emborronar el trabajo de los otros muchos que de verdad valen para estar ahí y a los que de verdad les importa lo que hacen.
  Creo que es necesario abordar este asunto desde todas las instancias (gestores, profesionales y ciudadanos), para que de verdad empecemos a ser, y no solo a parecer, lo que muy probablemente aún no somos. Es necesario abandonar también el Paternalismo Institucional, el “todo para el pueblo, pero sin el pueblo”, para empezar a transitar el largo camino desde una democracia adolescente a una democracia adulta.

2 comentarios:

  1. Me parece y "es" todo lo que escribes una reflexión muy valiente por tu parte. Justamente una compañera mía denunció al periódico La Voz de Almería, su espera de 14 meses para una cita con el fisioterapéuta. La respuesta que dice el periódico que les ofreció el centro, te puedo asegurar que no se ajusta a la verdad. Trabajan para tapar bocas, pero no solucionan nada de fondo.

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  2. Me parece que esto es un reflejo más de la sociedad en que vivimos. Si alguien protesta en serio y reclama sus derechos, se le abre la famosa puerta de atrás, para evitar jaleos. El problema sería si todos los que están esperando más tiempo del debido, decidieran protestar en serio, porque la puerta de atrás no es bastante ancha para todos... si todas las bocas hablaran a la vez, no habría forma de taparlas todas.

    Gracias por el comentario, amigo Anónimo

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¿VIEJA O JOVEN?

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